Nuestra experta en nutrición y dietética, nos explica una serie de patologías, relacionadas entre ellas y derivadas de los cambios de temperatura que se producen durante esta época del año y nos da una serie de pautas para combatirlos con una alimentación adecuada para llegar al verano con menos peso y menos volumen.

 Celulitis – Primera patología

La celulitis se produce en lugares de cambios de estaciones como el Mediterráneo, y se potencia con dietas desequilibradas con muchas grasas.

Desde el punto de vista alimentario, la celulitis se puede combatir con desayunos más sanos y equilibrados. De esta forma, evitaremos que por la tarde no aparece el hambre compulsivo. Especialmente recomendables contra la celulitis son verduras como los espárragos, alcachofas y brócoli, que aportan fibra y minerales en las comidas.

Por la tarde, son beneficiosos los cítricos, gelatinas, frutos secos y frutas secas junto con las infusiones, e incluso el chocolate siempre que se tome con moderación.

Flacidez – Segunda patología

Siempre que hay celulitis y una zona del cuerpo aumenta de forma desproporcionada debajo de la piel, se produce flacidez.

Para combatir la flacidez que puede producirse con bajadas de peso conseguidas con dietas desequilibradas y el paso de los años, la doctora recomienda legumbres por sus minerales, frutos secos con omega 6, fruta por las vitaminas, pescados con omega 3, y aceite por el omega 9.

 Mala circulación y piernas cansadas – Tercera patología

En los lugares mediterráneos, donde hay cuatro estaciones, bajo la piel debe haber más grasa aislante del frío a modo de abrigo en invierno y poca en verano, pero en las temporadas de cambio que son primavera y otoño ese proceso ocurre en un mes aproximadamente. A veces eso produce cierta inflamación en las piernas y retención de líquidos, porque el sistema no se adapta de un día para otro, tarda unas semanas. La dieta en este caso debe ser drenante para reducir la retención de líquidos propia de estas semanas, con frutos rojos, verduras oscuras, pescado azul y legumbres. Se recomienda reducir al máximo los alimentos salados y lácteos fermentados.

Astenia primaveral – Cuarta patología

La mala circulación también está detrás de la astenia primaveral porque, al llegar el calor, baja la tensión y el cuerpo se recalienta y suele producir decaimiento y fatiga, actitud depresiva, incluso ansiedad. La recomendación es hacer desayunos potentes que eviten que aparezca el hambre compulsivo por la tarde. Además, aconseja tomar alimentos refrescantes y que ayuden a subir la tensión, como café con hielo, té con hielo, una copa de vino blanco al día, gelatina, frutos secos, plátano y piña. Y también lo que denomina «tentempiés saludables «, como fresas, piña, chirimoya, aguacate y coco, que también son grasas y estimulantes saciantes, pero más saludables. Y por último frutas secas como pasas y orejones, que combaten el estreñimiento temporal que se produce en esta parte del año.

 Exceso de peso – Quinta patología

Para poder reducir peso en esta época del año de modo saludable hay que hacer desayunos muy energéticos, que no bajen la tensión para evitar la astenia. Un desayuno muy potente y cenas muy ligeras, de plato único. La comida puede ser igual que el resto del año.

El desayuno puede incluir alimentos como tortilla, atún, jamón, queso fresco, mucha fruta, pan y mucho aceite, porque es un buen modulador neurológico y hormonal, y en esta época sirve para evitar excederse en otras grasas comestibles más propias del invierno, como la mantequilla y la manteca.

Para la cena, un plato único de ensaladas de hortalizas o legumbres o verduras. Es necesario aumentar el consumo de frutas, hortalizas y verduras, y también de legumbres, y en esta época se pueden tomar en forma de ensaladas.

 Hipotensión – Sexta patología

La rápida llegada del calor y la humedad dificulta la adaptación al mismo ritmo. Aparecen edemas en tobillos, dolor en piernas con pinchazos como agujitas, calambres y, como toda la sangre está en los pies, no llega bien el riego a la cabeza. Por eso aparecen la hipotensión, migrañas, mareos, vértigos, náuseas y debilidad. Todo esto favorece que comamos más y más salados… para reponernos». La mejor forma de combatir estos síntomas es hidratarse con bebidas que eviten o prevengan la retención de líquidos, como infusiones de todo tipo, desde té a cola de caballo, mate, salvia y menta. También es importante aumentar la ingesta de fruta, que añade un efecto laxante además de drenante. El agua, mejor con limón. El agua con gas, las bebidas carbonatadas y las azucaradas, también retiene y favorece la aparición de lipodistrofia y celulitis. Algunos alimentos, como lácteos y embutidos, deben evitarse a partir del mediodía, cuando aumenta la temperatura ambiental; mejor comerlos más tarde.

Acidez – Séptima patología

Cuando se come compulsivamente debido a trastornos psicológicos propios de la primavera como ansiedad y depresión, el estómago se suele irritar. La acidez puede llegar acompañada de dolores de abdomen, estreñimiento e incluso colon irritable, porque los alimentos se fermentan con el calor y reproducen las bacterias. Los alimentos recomendados para evitar la acidez y los síntomas que la acompañan son los drenantes de fácil digestión. Las ensaladas y verduras, mejor cocidas que crudas. Son recomendables los purés de verduras como calabaza, calabacín y, las aves, el pescado blanco y las frutas, especialmente las blancas hervidas o en compota. Es conveniente reducir carnes, lácteos, alcohol y picantes. Otros alimentos, como arroz, pizza, pasta y legumbres, es mejor evitarlos o comerlos con moderación, ya que son altos en calorías.

 Envejecimiento de la piel – Octava patología

Si nuestra dieta no es saludable, si es agresiva, desequilibrada en nutrientes, oligoelementos y minerales, colágeno, etcétera, lo primero que observaremos, además de la flacidez por falta de elasticidad, será el aspecto deshidratado, con falta de luminosidad del rostro, ojeras y más arruguitas en patas de gallo, mejillas, etcétera. Para evitarlo, recomienda estar pendientes de ingerir muchas vitaminas y minerales así como grasas vegetales.

Problemas en cabello, piel y uñas – Novena patología

Además de la piel envejecida, la dieta baja en calorías y drenante tendrá que ser equilibrada en otros nutrientes necesarios para que el cabello no se estropee y se caiga y para evitar que las uñas se hagan frágiles y se agrieten.

 Alergias – Décima patología

Junto a las alergias producidas por la polinización, en primavera aparecen otras alimentarias, dermatológicas, respiratorias y oculares debidas a frutas y pescados azules que se comen más en estas fechas.

En este caso es recomendable evitar los lácteos, algunas frutas, marisco, harinas y estimulantes como el café. Tampoco se debe abusar de los azúcares y conviene tomar más pescado que carne, y beber muchos líquidos, además de evitar lugares de exposición a alérgenos como el campo. Mejor sol y mar.

 

Si después de conocer las 10 patologías asociadas a la primavera y su recomendación alimenticia para combatirlas, te surgen dudas sobre como aplicártelas, no dudes en ponerte en contacto con nuestra Doctora Isabel Lopera.  Estará encantada de poder ayudarte!!

Maribel Lopera MD
Responsable de la Unidad de Nutrición, Dietética y Healthy Aging en Beautyderm