LAS CONSECUENCIAS DE LA LUZ AZUL SOBRE LA PIEL

Actualmente nos encontramos en una situación excepcional debido al confinamiento por el estado de Alarma causado por el Coronavirus. Es por ello que nos encontramos en casa teletrabajando, más conectados a los smartphones , hacemos videoconferencias, atentos a las noticias, mensajes…

Es por ello que queremos informaros cómo nos afecta la luz de las pantallas a nuestra piel.La luz azul está presente de forma natural en la luz del sol, y es necesaria para que nuestro cuerpo sepa que es de día y pueda regular sus ciclos de energía y sueño, es uno de los tipos de luz con menor longitud de onda y con mayor potencia. Como sabes, este tipo de luz también está presente en las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos de forma artificial. El uso excesivo que hacemos de smartphones, ordenadores o tablets hace que nuestra piel absorba una cantidad desmedida de luz azul, lo que puede alterar nuestro ciclo de sueño y tener otras consecuencias a largo plazo, pero…¿sabemos realmente cuáles son los efectos que este tipo de luz puede tener en nuestra salud y nuestra piel?

La sobreexposición a la luz que emiten nuestros dispositivos electrónicos puede causar problemas a largo plazo en nuestra salud. Pasar demasiadas horas al día frente a una pantalla puede provocar fatiga y estrés visual, causando ojos rojos, secos o dolor de cabeza. Además, a la larga, puede ser responsable de la aparición del síndrome de Degeneración Macular asociada a la edad (DMAE), una patología que hace que veamos borroso por la parte central de forma prematura. Proteger las pantallas con filtros o nuestros ojos con gafas especializadas es una forma de prevenir estos futuros problemas.

¿Cómo afecta la luz a nuestra piel?

Recientes estudios aseguran que los españoles pasamos entre 4 y 5 horas frente a una pantalla, esto sin contar los profesionales que debe pasar su jornada laboral completa frente a un ordenador. Esta exposición excesiva a la luz azul tiene consecuencias visibles en nuestra piel, estos son algunos de los más remarcables:

  • Inflamación cutánea y sequedad: al igual que nuestros ojos se irritan cuando pasamos mucho tiempo frente al ordenador, también lo hace nuestra piel. Aunque en forma menos visible, las capas externas de nuestra dermis sufren con esta sobreexposición y reaccionan frente a la agresión mediante inflamación y sequedad.
  • Hiperpigmentación: Recientemente se ha demostrado que una  molécula llamada opsina 3 tiene que ver en este proceso.  Lo curioso de las manchas causadas por luz azul es que son casi exclusivas de personas con fototipos a partir del III , es decir, con piel bastante morena. Además, se ha visto que la duración de estas manchas es mayor que la causada por lo UV .Al recibir grandes cantidades de luz, la piel se protege produciendo más cantidad de melanina, lo que provoca manchas y tono desigual en el rostro.
  • Envejecimiento prematuro:  hay evidencia clara de que en concreto la luz azul puede provocar estrés oxidativo en las células de la piel. Como sabemos que el estrés oxidativo es causante de envejecimiento, tanto debido a los años como debido al sol, es posible por tanto la luz azul también envejezca. La luz azul penetra en la capa más profunda de la piel, provocando un estrés oxidativo que genera radicales libres, responsables del envejecimiento de la piel y de la pérdida de colágeno y elastina.

Primero de todo podemos proteger nuestros dispositivos, ordenadores, tablets… con filtros específicos para evitar que las pantallas desprendan la luz azul evitando que incidan en nuestros ojos y piel.

A nivel tópico no olvides utilizar un protector solar. Fíjate en la etiqueta que indique que también protege frente a luz visible.

Como bien sabes, un buen protector solar FPS50+  te bloqueará más del 98% de los rayos UVB, que son los principales causantes de las quemaduras solares. Sin embargo, esta altísima protección frente a UVB no es indicativa de la capacidad de filtrar la luz visible que tenga el producto. Cada vez más fotoprotectores incluyen filtros frente luz visible , pero estos no son 100% efectivos. Por esto, aunque usemos un buen fotoprotector algo de luz visible siempre contactará con nuestra piel.

¿Qué podemos hacer para proteger nuestra piel?

Primero de todo podemos proteger nuestros dispositivos, ordenadores, tablets… con filtros específicos para evitar que las pantallas desprendan la luz azul evitando que incidan en nuestros ojos y piel.

A nivel tópico no olvides utilizar un protector solar. Fíjate en la etiqueta que indique que también protege frente a luz visible.

Como bien sabes, un buen protector solar FPS50+  te bloqueará más del 98% de los rayos UVB, que son los principales causantes de las quemaduras solares. Sin embargo, esta altísima protección frente a UVB no es indicativa de la capacidad de filtrar la luz visible que tenga el producto. Cada vez más fotoprotectores incluyen filtros frente luz visible , pero estos no son 100% efectivos. Por esto, aunque usemos un buen fotoprotector algo de luz visible siempre contactará con nuestra piel.

Ahora que conoces todos los efectos negativos que la luz azul tiene en tu piel, es hora que empieces a poner remedio para evitar consecuencias y lucir una piel joven durante más tiempo.